Sobre estos cimientos ecológicos y socio-culturales, se asientan las creencias y leyendas tradicionales que han pervivido durante siglos en la memoria colectiva de los campesinos españoles. Hay que tener en cuenta que la sacralización o estigmatización de un animal en la cultura popular, casi siempre está vinculada a la acción beneficiosa o dañina que ejerce, respectivamente, sobre los medios de producción humanos. De esta forma, se entiende que, para la mentalidad rural, la golondrina sea un animal bendito; y el lobo, por el contrario, un animal maldito y perseguido.

A lo largo de mis exploraciones etnográficas por la provincia de Ávila, he podido registrar diferentes leyendas que explican por qué las golondrinas son consideradas aves de Cristo.

Una de las leyendas más difundidas en la tradición oral hispánica, refiere cómo las golondrinas aliviaron el sufrimiento de Cristo, quitándole las espinas de la corona. En otros relatos, las golondrinas ayudan a la Sagrada Familia en su huida a Egipto, según se deduce de la siguiente versión registrada a Pedro Redondo Canto, natural de Navalmoral de la Sierra (Ávila):

Siempre se ha dicho. Es el dicho. Que la golondrina, cuando persiguieron los judíos a Jesucristo, cuando iba, iban en el burro, las golondrinas iban bajitas, quitando tierra pa` que no se vieran las huellas y no los cogieran. Siempre se ha oído el dicho ese que nos decían a nosotros en la infancia.

Eso nos decían a nosotros, que las golondrinas eran las que borraban las huellas de cuando llevaban la Virgen y San José al Niño y les perseguían. Y las golondrinas iban bajitas, borrando las… Esta era la historia que nos contaban a nosotros.

Por otra parte, las golondrinas presentan en su plumaje una coloración que la religiosidad popular asocia simbólicamente a la representación iconográfica de la Virgen de los Dolores. Los versos finales de esta oración que me recitó Juliana Martín Martín (Sigeres, Ávila), describen los tres colores “marianos” de la golondrina:

Una túnica blanca
pa` la pureza,
un manto con el luto
de la tristeza.
Y por señal divina,
cual santo sello,
una gota en la frente
y otra en el pecho.

Esta mitología de corte cristiano obedece a un intento de situar toda una serie de cultos antiquísimos dentro del espacio ortodoxo e institucional del catolicismo. No obstante, en este proceso de cristianización de prácticas y ritos ancestrales, no tardan en producirse fisuras por donde afloran creencias apotropaicas, más cercanas a la magia que a la religión.

Veamos como ejemplo el presente testimonio aportado por Jesús González García (Ávila):

Y por eso, siempre decían:
–¡No toquéis un nido de golondrina, eh?
Y dicen que donde hay una golondrina, un nido, no cae ningún rayo, no cae ningún rayo.

No quisiera terminar este artículo sin antes llamar la atención sobre el papel fundamental que desempeñan las golondrinas en el control de insectos dañinos para la agricultura.

¡Ojalá recuerden las conciencias adormecidas, y haciéndose eco de mis palabras, pongan freno al uso indiscriminado de pesticidas! Sólo así podremos preservar nuestro rico patrimonio cultural y ecológico para el disfrute de las generaciones venideras.