Dicha plataforma sostiene que este lugar "sufre desde hace ya más de una década una gestión inexplicable para un entorno teóricamente protegido por parte de las administraciones responsables".

En su opinión, su "singular flora y fauna" convierten este pequeño bosque en un espacio "único", de ahí que considere "inexcusable poner todos los medios posibles en garantizar su supervivencia y hacer de esta tarea una prioridad de las administraciones".

Sin embargo, la plataforma creada en 2017 lamenta que "el paso continuo de ganado, trabajos selvícolas con maquinaria pesada y la masificación turística amenacen su existencia como bosque", sin que las administraciones hayan respondido a sus demandas para "compatibilizar sus usos actuales con la realidad del bosque".

Tras aludir al "cambio de gestión" que demandan los expertos, la plataforma ciudadana señala que todos ellos alertan del "deterioro evidente" del Castañar tembleño, solicitando un "cambio de gestión que compatibilice el uso del bosque, teniendo en cuenta sus singulares características y reducido tamaño con el ineludible deber de su conservación".

"Son muchas ya las llamadas de atención y no se puede seguir mirando para otro lado e ignorar lo que ocurre. Las circunstancias del Castañar y las del medio natural en general, no son las mismas que hace décadas y por eso los modelos de gestión tienen que adaptarse a las nuevas realidades", argumenta la plataforma.

Visitas guiadas

A su juicio, "considerar el castañar únicamente como un recurso turístico y orientar con ese fin su cuidado y conservación respondería a una idea caduca y cortoplacista", de ahí que defienda para este espacio abulense una gestión "similar" a la que se hace en el Hayedo de Montejo, en la Comunidad de Madrid, "con visitas guiadas que expliquen a los visitantes las singularidades del bosque".

"Que el castañar se convierta en un parque o en un 'sitio con árboles' al que venir a pasar un día de picnic, como hay cientos, sería una irresponsabilidad", sostiene la plataforma ciudadana, ya que a su juicio se trata de "un lugar único".

En esta línea, cree que su mantenimiento "hace necesaria una gestión global que priorice su conservación", ya que "poner un control relativo los fines de semana de otoño es un parche que no pone fin al deterioro continuo y sostenido del bosque". 

"Es posible hacer de la protección del medio natural un motor de desarrollo y riqueza", según defiende la plataforma ciudadana.