Así lo ha anunciado el coordinador regional de IU y portavoz del Grupo Mixto en las Cortes, José María González, quien ha comparecido en el parlamento regional junto a los coordinadores provinciales de IU en Ávila, Alberto Novoa, y en Segovia, José Ángel Frías.

Según González, estos “peajes son de obligado cumplimiento” ya que, como alternativa, queda circular por un puerto que supone “condiciones viarias de difícil uso” por el tránsito de camiones o para ciudadanos “con tiempo limitado para viajar”.

Igualmente, el coordinador regional de IU ha explicado que estas “fronteras económicas” afectan a todos los ciudadanos de Castilla y León y a todas las empresas “que tienen establecida su base de trabajo y producción” ya que se encarecen los productos por el traslado.

Según los cálculos de IU, estos peajes suponen que viajar de Segovia a Avila, ida y vuelta, tiene un coste de 51,50 euros a un camión, al tiempo que ha recordado que la AP-51 es la autopista de salida de Salamanca, de algunas zonas de Zamora, o zonas del norte de Portugal hacía Madrid, y que la AP-61 no es salida solo de Segovia, sino también de Valladolid, Palencia y Cantabria.

Sentencia europea
Otras de las peticiones que realizará IU en las Cortes es que la Junta “deje de ponerse de lado” después de que una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo de 2010 dijera que el contrato de obras de la AP-61 y AP-51 “no se atiene a la legislación vigente en Europa” y que la ampliación del periodo de explotación del peaje, a partir de 2018 cuando finaliza, no se puede ampliar “por voluntad de un gobierno y una empresa”.

Mientras, el coordinador de IU en Ávila, Alberto Novoa, ha explicado que la capital abulense tiene una de las mejores murallas desde el punto de vista patrimonial pero “desgraciadamente” existe “una muralla de asfalto” que impide que la ciudad y la provincias “sean visitadas” por el potencial turístico que ofrecen.

Además, se ha referido a otro “hándicap” en relación  con otras provincias limítrofes con Madrid y donde “se ha demostrado” que han crecido por su proximidad con la capital española como es el caso de Toledo y Guadalajara, lo que no puede ocurrir en Ávila por “la muralla de asfalto” que es la AP-51.