El consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega, estuvo presente en la primera gala de la CCLAP para “apoyar el tejido industrial” de la cultura de Castilla y León, y dar comienzo así a los espectáculos de Cir&Co.

“Circo vuelve a la ciudad de Ávila, una vez más. Este año contamos con mejores aforos y medidas para salvaguardar la salud de los vecinos y visitantes que vengan a disfrutar de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad”, señalaba haciendo referencia al 2020, cuando también se celebró el festival internacional, pero que contaba con más restricciones debido a la situación pandémica. “Era obligatorio venir para demostrar el cariño y el ánimo al mundo circense. Están viviendo un momento complicado y es importante que sepan que las administraciones están de su lado”, explicaba Ortega.

La primera gala de la Asociación de Artistas Profesionales de Circo de Castilla y León arrancaba pasadas las 20.00 de la tarde. Al mando se encontraba Herminio Campillo, un actor que conoce bien las artes circenses, ya que estudió en la escuela de circo de Jonglierkatakomben en Berlín y ha hecho varios espectáculos a lo largo de toda Europa con sus malabarismos y, sobre todo, son sus chistes

El evento comentaba con las acrobacias en el mástil chino de Clara Fernández. Posteriormente, sería el turno de Estrella Escudero y sus telas aéreas, los malabares de Miguel Gigosos y el trapecio fijo de Sofía Nuñez.

Para finalizar la gala, Isaac Posac ponía el toque de luz con sus malabares fluorescentes, y así ponía el broche final a una gala con una duración de 75 minutos y que tuvo como escenario la plaza del Mercado Chico.

A las 22 horas, la historia del primer hombre negro que trabajó en un circo francés pudo verse ante el Lienzo Norte con la proyección de la película ‘Monsieur Chocolat’.