Entre los beneficios de la tecnología aplicada a la agricultura está el hacerla más eficiente, segura y rentable. Por eso, es natural pensar que la tecnología ha llegado para quedarse. Las tendencias agrícolas para 2021 buscan mejorar y perfeccionar aquella tecnología ya utilizada y, al mismo tiempo, convertir en populares ideas que todavía son desconocidas para la mayoría.

Datos de satélite
Conocer el estado del campo, anticiparse a eventos climáticos extremos o predecir el rendimiento futuro son cosas que serían imposibles de saber sin los datos de satélite. Gracias a los sensores ubicados en el satélite, es posible capturar imágenes en diferentes espectros de luz.

Una vez obtenidas esas imágenes, se aplican diferentes índices espectrales para obtener información útil y práctica sobre el campo y los cultivos. El índice más conocido es el que representa la fórmula NDVI, que sirve para detectar la salud general de las plantas; además, existen otros índices de uso generalizado como el MSAVI, ideal para observar los cultivos al comienzo de su crecimiento; el NDRE, para detectar nitrógeno o el ReCl, para medir el nivel de clorofila.

Cadena de bloques
La cadena de bloques, o Blockchain, es una tecnología que asegura un registro o contabilidad imposible de ser modificada. Además, la cadena de bloques es de acceso público, por lo que cualquier persona puede rastrear la información que contiene.

Aplicado al sector agrícola, la cadena de bloques permite tener un control total sobre los alimentos producidos, la posibilidad de trazar la cadena de suministros, anotar cualquier venta comercial o conocer la cuantía de un seguro agrícola o una subvención.

Inteligencia artificial y la ciencia de los datos
La inteligencia artificial emula el conocimiento de un ser humano en un ordenador. Al igual que una persona, para realizar su trabajo se necesita una serie de instrucciones o datos en los que apoyarse; no solo eso, también puede mejorar su forma de trabajar gracias al aprendizaje automático o machine learning. 

Es en este punto donde la ciencia de los datos entra en acción, obteniendo y procesando los datos con los que la inteligencia artificial puede generar conocimiento real y preciso sobre el rendimiento, la calidad de las plantas o posibles signos de enfermedad, dejando atrás conceptos tan humanos como el instinto o el riesgo.

Sistema de Información Geográfica (SIG)
Gracias a la tecnología SIG, se puede realizar una representación espacial de cualquier dato obtenido mediante GPS, drones o satélites, para su posterior análisis. 

En agricultura, el uso del SIG puede usarse para cartografiar la orografía del terreno (pendientes, elevación, etc.) la dirección del viento, la erosión del suelo o posibles inundaciones. 

Drones y sensores
Los sensores son ampliamente utilizados de forma estática (por ejemplo, colocados en un punto del terreno) pero cuyo uso debe incrementarse en maquinaria que se mueve alrededor del campo, pues permite recoger datos muy diversos.

En el caso de los drones, su uso crece gracias a su facilidad para desplazarse por el campo, incluso en zonas con acceso complicado. Al estar equipados con cámaras de alta resolución, los agricultores pueden ver a distancia, pero con gran detalle, cualquier problema en los cultivos y saber dónde deben aplicar insumos.

Los avances tecnológicos ayudan a mejorar la vida de las personas y es de esperar que dichos avances sirvan para construir una agricultura más eficiente y sostenible que siga cubriendo las necesidades de alimento de las personas.