En la ceremonia presidida por el propio García Burillo en la Catedral de Ávila, el obispo emérito ha contado con la presencia del cardenal arzobispo de Valladolid, el abulense Ricardo Blázquez; el obispo de Plasencia (Cáceres), el también abulense José Luis Retana, y el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo.

Junto a todos ellos, ha asistido a la ceremonia religiosa un gran número de sacerdotes diocesanos, el vicario general de Ciudad Rodrigo, José María Rodríguez-Veleiro, y numerosos fieles.

García Burillo ha iniciado su homilía recordando su propio periplo vital como sacerdote, así como al resto de presbíteros (21) que este año han celebrado en la fiesta de San Juan de Ávila sus aniversarios sacerdotales. 
Según el obispo emérito de Ávila, todos ellos tienen tras de sí "una larga historia de servicios a la diócesis de Ávila en múltiples tareas, con las dificultades y las crisis superadas, gracias a Dios".

En su intervención también se ha referido al Sagrado Corazón, para finalizar la Eucaristía tomando la palabra Gil Tamayo, con el objetivo de agradecer a su predecesor en la sede episcopal abulense su entrega como sacerdote durante más de 15 años, hasta que el actual prelado llegó el 15 de diciembre de 2018.

El obispo de Ávila ha obsequiado a su predecesor, en nombre de la dócesis, con un ejemplar de 'Pastor bueno y fiel', el libro recién publicado por la Biblioteca de Autores Cristianos, que recoge los escritos de García Burillo sobre el sacerdocio. Asimismo, Gil Tamayo ha hecho entrega a García Burillo de una cruz pectoral, para que "lleve siempre Ávila presente".