Día Domingo, 30 de Noviembre de 2025
Del Martes, 02 de Diciembre de 2025 al Miércoles, 03 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Desde que uno estudiaba latín en los primeros años de Universidad, ha tenido un cierto interés por la toponimia. Es una disciplina insegura y que se mueve muchas veces por el tanteo de la adivinación, una especie de juego con la historia que interesa, por lo general, a cuatro filólogos, y otros tantos historiadores, por un lado, y por otro a unos cuantos paisanos de tal o cual pueblo.
Por si hay interesados en el asunto, hay un libro sobre la toponimia abulense, de Eduardo Tejero Robledo, editado por la Institución Gran Duque de Alba. Es el acercamiento más completo que se ha hecho nunca sobre este asunto en la provincia. Luego hay no pocos artículos al respecto. Por hacer algo distinto en estas páginas, voy a hablar de toponimia, con la certeza de que sigue estando bajo la lente de este bioscopio que trata de arañar en las pequeñas cosas que interesan a poca gente.
Y voy a empezar con lo cercano. No entraré en mucho detalle, porque no éste el medio para publicar artículos de sesuda filología, ni esto que se dice aquí proviene de una profunda investigación histórica y lingüística. Es más una intuición que otra cosa de la que, con el tiempo, quizá haya que haya que investigar algo.
Del topónimo Tornadizos de Ávila y otros Tornadizos, como el de Salamanca, Ángel Barrios trata su origen histórico; es decir, el nombre del pueblo proviene del nombre que recibieron sus pobladores. Allí habrían vivido los primitivos tornadizos de los cristianos, o primitivos cristianos conversos al Islam durante la conquista de lo que se denominó Extremadura Castellana o los “extremos del Duero” de la Castilla Medieval. El origen, pues del nombre y del enclave, sería de origen medieval.
Pero no podemos obviar otros orígenes que, sin descartar las tesis de Barrios, podrían indicar asentamientos más primitivos o más prosaicos. Atendiendo a la posible población romana cercana a la ciudad de Ávila y el Valle Amblés y emparentado con otros topónimos similares, Tornadizos podría provenir de un antiguo Tur de Anicio, Danicio o Tanicio, la “torre de Anicio” o de “Tanicio”, de manera similar a Tordesillas o Torquemada o muchos otros de similar origen. Estas torres eran primitivas torres de vigilancia que podían enclavarse en villas o lugares fronterizos para la defensa de un territorio o un lugar de paso. Que no quede resto alguno de la mayor parte de estas torres es cosa normal: la mayoría se levantaban a base de madera y sólo algunas, más tarde, de piedra. Solían servir también como zona de altura para señales y tenían un pequeño foso y una empalizada.
El nombre primitivo debería haber sido, pues “Tordanizos”. Este topónimo sufriría lo que denominamos en filología una metátesis, o un baile de consonantes que puede darse, entre otras cosas, por una etimología popular. Es decir: lo que la población de un momento histórico dado cree que significa esa palabra puede producir el cambio de consonantes. Todo ello, añadido a la etimología popular, o lo que es lo mismo, lo que en un momento histórico creen los habitantes de un lugar que significa un nombre, provocarían la modificación.
En algún momento histórico, Tordanizos pudo pasar a convertirse en Tornadizos, quizá por lo que explica Ángel Barrios, la población, más o menos abultada, de conversos al Islam entre los cristianos de la zona. Esta explicación no negaría la interpretación de Barrios y la sustentaría, además, con la interpretación lingüística.
Por otro lado, no es extraña la utilización del nombre tornadizo para referirse al alcornoque (Quercussuber), no raro en la Sierra de Guadarrama, Sierra de Francia y en el Valle del Tiétar. Curiosamente, el nombre de El Tornadizo, en Salamanca, se encuentra en una de las zonas de la Sierra de Francia, donde no es raro encontrar estos árboles, algunos de antigüedad considerable. Obviamente, que en los lugares donde aparecen estos nombres (fitotopónimos) no haya hoy en día estas especies, no quiere decir que no los hubiera. Ahora bien; que uno sepa, esta nomenclatura se da más al sur de Castilla y hoy pervive, casi únicamente, en zonas occidentales de Andalucía, por lo que este fitotopónimo (topónimo derivado del nombre de una planta) habría que tenerlo en cuarentena.
La exclusividad geográfica del término se da sólo en una pequeña franja, pues, del Sistema Central, entre la Sierra de Francia y Ávila. Sólo se encuentra, que uno sepa, el pueblo de Tornadijos en Burgos de etimología muy similar.
Dejémoslo aquí por el momento. Más ocasiones habrá de hablar de estos temas. Para el próximo, quisiera tratar de lo “moro” de la Moraña. O de lo vasco de Mingorría. Todo se andará.
Oficina en Ávila de Caja Rural de Salamanca
Día Domingo, 30 de Noviembre de 2025
Del Martes, 02 de Diciembre de 2025 al Miércoles, 03 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Del Jueves, 04 de Diciembre de 2025 al Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Día Miércoles, 10 de Diciembre de 2025
Día Viernes, 19 de Diciembre de 2025
Día Jueves, 04 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Día Miércoles, 17 de Diciembre de 2025
Día Domingo, 21 de Diciembre de 2025
Día Domingo, 30 de Noviembre de 2025
Día Jueves, 04 de Diciembre de 2025
Día Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Del Jueves, 04 de Diciembre de 2025 al Domingo, 07 de Diciembre de 2025
Del Sábado, 13 de Diciembre de 2025 al Lunes, 15 de Diciembre de 2025
Del Miércoles, 17 de Diciembre de 2025 al Domingo, 21 de Diciembre de 2025
Del Miércoles, 24 de Diciembre de 2025 al Martes, 06 de Enero de 2026
Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.
Mosé | Lunes, 18 de Noviembre de 2013 a las 11:11:47 horas
¿Y Tornadizos de Arévalo?
¿Y la prerromana Helmantike o Salmantica u la romana Salmantice?
Accede para votar (0) (0) Accede para responder