Y es que el Consistorio ha decidido ahora “regularizar” el transporte turístico, que presta el trenecito desde hace 17 años sin ninguna concesión ni licencia, pero sí una autorización administrativa, y el tuk-tuk con un permiso provisional otorgado el año pasado.

Según ha explicado el portavoz del equipo de Gobierno, José Francisco Hernández, se ha aprobado el pliego de condiciones para adjudicar la propuesta más ventajosa en un procedimiento de “libre concurrencia”.

Se trata de “regularizar una situación transitoria que no es, ni mucho menos, ilegal”, pero que venía contemplada en el Plan Estratégico de Turismo.

Se parte de que es “un servicio público para el que se usa el viario público”. Las condiciones que fija el Consistorio es que las empresas que resulten adjudicatarias deberán abonar un canon anual fijo de un mínimo de 10.000 euros al año, y un canon variable mínimo del cinco por ciento de las ventas totales de billetes o billetes de un ejercicio, excluido el IVA.

Sólo se contempla la existencia de dos servicios, de más y de menos de nueve plazas, aunque sí se permitirá que haya dos vehículos similares de cada una de las adjudicaciones.

El portavoz municipal ha dicho que se ha optado por estos dos servicios y se ha descartado “un autobús turístico de grandes dimensiones”, como en Segovia, debido a la configuración del trazado urbano de Ávila.