Ante la proximidad que el Ministerio de Hacienda ceda el inmueble al Consistorio, que es el propietario del suelo, el regidor ha insistido en que “el derribo es inevitable” ante el “expediente de ruina económica” que se incoó al edificio, porque su arreglo supondría una inversión de cinco millones de euros, lo que “inasumible” porque “el Ayuntamiento no se lo puede permitir”.

Para lo que sí se cuenta con presupuesto es para su demolición, ya que la Junta otorgó hace tiempo una subvención de 200.000 euros, que “no se ha perdido y ha sido prorrogada”.

Del futuro de la antigua estación el alcalde no ha avanzado nada más sobre lo dicho hace tres meses, e incluso se ha mostrado ajeno a la decisión, como si no tuviera opinión en ello, y ha afirmado que “lo decidirá el pleno municipal teniendo en cuenta las posibilidades económicas” de las arcas municipales sobre “una propuesta y un planteamiento” del que no ha avanzado nada.

Ha añadido que para decidirlo habrá que tener en cuenta “las necesidades de los abulenses” y que “tiene que ser un proyecto de ciudad”, para lo que afirmado que “todas las posibilidades están abiertas”. Según ha dicho han mantenido “contactos con empresas” para intentar que sea un proyecto que sirva “para generar empleo”. “Todas las posibilidades están abiertas”, ha añadido, a la vez que se ha quejado: “no encontramos apoyo de otras administraciones para su uso”.