Algunas que vienen siempre y otras la primera vez, han practicado el encaje de bolillos en la plaza del Mercado Grande en un día de encuentro, y en el que han sido numerosos los puestos de venta de establecimientos especializados que se han instalado en torno a las encajeras.

Entre todas ellas siempre se aprecia algún hombre experto en manejar los palillos, pero en esta ocasión destacaba un abulense de 16 años, Rubén Vallejo, quien desde hace cinco años ha heredado al ver a su abuela practicar. “De ella aprendí”, cuenta, aunque no lo dedica tanto tiempo como quisiera porque tiene que dedicar tiempo a sus estudios de 4º de ESO. “Lo más difícil es lo que estoy haciendo ahora, para un bolso”,  señala quien es ya más que un aprendiz en este arte repleto de tradición y destreza.

De las manos expertas surgen pañuelos, toallas, mantillas, broches, abanicos y hasta sombrillas.
Las participantes han llegado desde distintos lugares. Madrid, Segovia, Guadalajara, Valladolid, León, Palencia, Cáceres y Toledo son los lugares más próximos, mientras que las enseñas de asociaciones de bolilleras de Huelva, Barcelona, Pamplona, Pontevedra, Granada y Asturias mostraban las lejanas procedencias en torno a una común afición.

Como desde el primer año, el encuentro es responsabilidad de la Asociación Milano con Paquita Muñoz a la cabeza, quien ha invitado a la Rondalla de Navalmoral de la Sierra, su pueblo, para amenizar lo que es cada año la fiesta de las encajeras. (VER FOTOS ENCUENTRO ENCAJERAS).