Según el presidente del PP, “la reforma tiene el compromiso con una educación de calidad como soporte de la igualdad y la justicia social”, además de destacar que contará con más recursos.

Ha justificado la necesidad de la reforma educativa en que la actual “no funciona” y en los indicadores del fracaso escolar, “con datos alarmantes, una tasa de abandono escolar del 24,8 por ciento frente al 13 por ciento de Europa y un 38 por ciento de repetidores”.

“Un Gobierno serio no podía quedar impasible” con España “a la cola” en educación, ha apuntado Sanz, que ha lamentado “la pérdida de la cultura del esfuerzo”.

Más profesorado
Entre las mejoras de la nueva ley educativa, que ha invitado a leer, ha aludido a la “personalización y elección voluntaria para las generaciones futuras, y la atención individualizada y la detección precoz de los problemas de los alumnos”, y ha incidido en que “no se destruye empleo y hará falta más contrataciones de profesorado”.

No habrá segregación de alumnos, “el sistema será de calidad y exigente”, con “una cultura de la responsabilidad con más evaluaciones, mayor autonomía de los centros y autoridad para los profesores”.

Según Sanz, la reforma “no pretende destruir la escuela pública, más bien al contrario”, y ha desechado que se haya elaborado “al dictado de la Iglesia”, ya que considera que se trata de una acusación del PSOE, que “no quiere hablar de los datos del fracaso escolar".