Ávila es la segunda provincia de Castilla y León, tras León, con más trabajadores contratados con empresas privadas o con la semipública Tragsa, con 232 empleados de 17 cuadrillas. “Las empresas privadas compiten entre sí por hacerse con las adjudicaciones ha extremos de concursar tan a la baja, que rayan la temeridad”, según Juan Manuel Ramos, responsable de Política Sindical de CCOO de Industria de Castilla y León.
De esos 232, 167 (72%) sólo son contratados durante tres meses, siendo además “trabajadores dos por uno, es decir, que su jornada, en la que tienen que acudir a apagar un incendio si se produce y aunque ya hubieran acabado la jornada, “empieza realizando tareas silvícolas duras con maquinaria pesada para limpieza y desbroce del monte, poda en altura o arreglo de caminos”, temiendo en cuenta que hay temperaturas de más de 30 grados, “a los que exigen rendimientos del trabajo a ritmos elevados para rentabilizar adjudicaciones muy a la baja”.
A pesar que la mayoría de los trabajadores sólo están empleados tres meses “llevan entre 15 y 20 años en el operativo pero sin antigüedad y con cientos de contratos por obra y servicio”.
Convenio colectivo
Por otra parte, Gonzalo Díez Piñeles, secretario general de CCOO de Industria de Castilla y León, ha demandado tanto a la Junta, para lo que han pedido una reunión con el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en calidad de responsable como a la Asociación Nacional de Empresas Forestales (Asemfo), la subrogación de los trabajadores, la categoría de bombero forestal y “eliminar el 2x1”, al menos nueve meses de trabajo y que la jornada de trabajo termine en el punto de encuentro, y que no haya más de ocho horas de trabajo ampliando el número de cuadrillas para dar relevos y “evitar las jornadas interminables”.
La patronal “no quiere oír ni hablar de ninguna de las pretensiones” mientras las asambleas de trabajadores no quieren firmar el convenio “mientras no se aborden con seriedad la mejora de las condiciones laborales”.
Según CCOO, como el “modelo forestal” de Castilla y León no queda otro en comunidades autónomas. “Estos trabajadores que son héroes, apagan incendios, limpian el monte y salvan vidas, a los tres meses son despedidos convertidos en villanos invisibles a los ojos de la sociedad, de la patronal y de la propia Administración”, han afirmado.
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