El supuesto autor de la estafa había conseguido defraudar a su víctima 52.000 euros y la reclamaba otros 30.000 más para que pudiese acceder a unos supuestos reactivos para completar el lavado de los billetes tintados, con el objetivo de que los pudiese recuperar.

El detenido, tras ser sometido a la reseña dactilar, se comprobó que tenía tres filiaciones distintas y diferentes fechas de nacimiento, habiéndole sido incautado un teléfono móvil, tres tarjetas  SIM y una tarjeta de crédito a nombre de un tercero.

Según la Policía, se trata de una modalidad delictiva "importada del África subsahariana" y que "suele estar protagonizada por ciudadanos de Nigeria o del Camerún".

La forma de actuar consiste en "hacer creer a la víctima que, para poder sacar dinero del país, tienen que tintar de negro el dinero con el objetivo de que no sea detectado en la aduana". En ese momento, se le presentó a la víctima un fajo de papeles tintados  que supuestamente se  correspondían con la cantidad de  110.000 euros en billetes de distinto valor de curso legal, que era necesario "aclarar".

Para ello, era necesario "intercalar billetes auténticos, a los que se les aplicaría una serie de reactivos, tras lo cual los billetes tintados perderían la tonalidad negra y alcanzarían así su aspecto real".

Papel de aluminio

En esta operación se emplearon diferentes productos líquidos, se envolvieron los billetes en papel de aluminio y en un descuido de la víctima, cambió el fajo, llevándose los 52.000 euros aportados por la víctima.

Esta se quedó con un paquete que supuestamente contenía los supuestos billetes "con la consigna de que al cabo de dos días, los reactivos habrían hecho su efecto".

Sin embargo, el comprador, que cayó en el engaño y guardó en su poder el 'paquete' con la esperanza de recuperar la cantidad de dinero esperada, comprobó que con el paso del tiempo "nada ocurría". Por ello, llamó a los vendedores, que le dieron que necesitaba un nuevo producto químico por el que debía abonar 30.000 euros más.

A raíz de estos hechos, la víctima planteó una denuncia que culmino con la detención en Ávila de uno de los supuestos autores, dentro de un dispositivo en el que colaboró un agentes de la Guardia Civil, ya que la actividad delictiva se inició en Benavente (Zamora).