Es la flor de más de 50.000 cerezos que nacen en los árboles diseminados en una superficie de unas 500 hectáreas y que permiten contemplar un espectáculo intenso, pero breve, pues tan sólo pervive unas horas del año.

Medio centenar de personas ha podido este domingo ver la floración de los cerezos del Tiétar en una ruta de tres horas de duración que ha recorrido algunos de los parajes del término de El Hornillo.

Con la nieve aún visible en la Sierra de Gredos, los participantes en esta ruta se han acercado al valle del río Cantos, que puede presumir de un microclima único.

“La iniciativa será la única que se celebre este año, ya que es irrepetible, por las condiciones meteorológicas de este año después del fuerte calor tras la lluvia”, según Javier Jara, del Grupo Ecológico de Gredos y la Asociación Cultural La Risquera, promotores de esta iniciativa que, sin embargo, en la primera edición llegó a celebrarse durante dos domingos.

De la misma forma que el largo invierno ha retrasado la floración de los cerezos, la explosión de las flores de estos árboles “se ha producido en apenas una semana, en cuanto ha subido considerablemente el termómetro en pocos días”.

La imagen “nada tiene que envidiar al Valle del Jerte, porque la gran diferencia es que allí sólo puede verse la floración de los cerezos, mientras que en El Hornillo se contemplan pinares y castaños, además de la nieve en las cumbres”, presume el hornillento.