La escenificación ha sido con niños portando pancartas con un huevo de águila real, ratas de laboratorio, un chimpancé o un dibujo de Leonardo da Vinci, comparándolas con fetos o embriones. “Estos elementos tienen en común que gracias a distintas leyes y a pesar de ser animales o incluso seres inertes, todos ellos se encuentran más protegidos que el ser humano en su etapa prenatal”, según ha proclamado Cecilia Real, coordinadora de Ávila por el Derecho a Vivir, poniendo como ejemplo que “el roedor no puede ser utilizado para experimentar en la industria cosmética según una reciente directiva europea”.

Más llamativo fue cuando se mostró la muralla, “aquí estoy, súperprotegida”, dijo el chaval que la portada. “¡Qué lástima que unas piedras estén más protegidas que un ser humano!”, exclamó la portavoz, llamando la atención que el monumento fue declarado Patrimonio de la Humanidad (1985) el mismo que se aprobó la Ley del Aborto.

Organizada por Derecho a Vivir y RedMadre Ávila, apoyado por el Movimiento Familiar Cristiano, la concentración ha contado con testimonios de un padre con un hijo con parálisis cerebral y epilepsia, que aunque no quería “quejarse” ha lamentado los recortes en dependencia, mientras que la portavoz ha criticado las “subvenciones” para el aborto, y de un enfermo en silla de ruedas, que ha llamado a ver “los efectos positivos” de su dolencia.

La concentración antiabortista terminó con un manifiesto en el que se ha exigido al Gobierno que derogue la actual ley, “una ley de muerte y destrucción que en vez de proteger a los más débiles se inspira en la ley del más fuerte y otorga poder para seleccionar quién puede nacer y quién no”.