Es “bastante probable”, según Francisco Igea, vicepresidente de la Junta, que se suspenda una de las tradiciones más arraigadas en Castilla y León. Así será si la situación actual por contagio de esta enfermedad no remite y todo apunta a que “no va a cambiar”, ha dicho.

El anuncio se ha realizado en la rueda de prensa que ha ofrecido con motivo del Consejo de Gobierno extraordinario, en una comparecencia ante los medios de comunicación que han compartido el vicepresidente y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, y en la que han explicado las medidas excepcionales previstas para tratar de contener el virus. Después el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se ha reunido con alcaldes de las localidades de más de 20.000 habitantes, presidentes de las diputaciones, delegados territoriales y delegado del Gobierno en Castilla y León.

La posible suspensión de la Semana Santa tiene que ver con la recomendación de las autoridades sanitarias de evitar aglomeraciones públicas que superen el millar de asistentes y en las que resulte complicado mantener una “distancia de seguridad" mínima de un metro entre personas.

Para justificar la probable suspensión de la Semana de Pasión, Igea y Casado han puesto como ejemplo la decisión adoptada en Miranda de Ebro (Burgos) de cancelar toda actividad litúrgica, así como el aplazamiento de las tradicionales Fallas de Valencia.

"Esta es nuestra recomendación y si la situación no cambia, que es poco probable que cambie, es bastante probable" que se cancele la celebración de la Semana Santa, una probabilidad "que puede pasar a ser una obligación", ha apostillado el vicepresidente.