Con este objetivo, el investigado habría utilizado Aldicarb, un tipo de veneno "altamente tóxico", que en ocasiones es utilizado para "envenenar a la fauna salvaje", de manera que su ingesta "provoca que estos animales, al morir, sirvan de cebo a otros, pasando a la cadena trófica en sucesivas fases", según ha explicado el instituto armado.

Las investigaciones se iniciaron a mediados de octubre de 2019 en el paraje La Gargantilla, situado en Hoyos del Espino, donde apareció un ternero muerto a causa del ataque de lobos.

Por ese motivo, los agentes medioambientales de la Junta comunicaron a la Guardia Civil el hallazgo de un cebo cárnico, posiblemente envenenado en ese mismo pareja, lo que dio inicio a unas investigaciones para determinar si se trataba de veneno, así como sobre su destino y quién lo había depositado allí.

Las pesquisas, que condujeron a ese veneno altamente tóxico, permitieron establecer la procedencia del cebo, así como la trazabilidad, hasta dar al supuesto responsable de la comisión del delito, que pasó a ser investigado.

La operación ha sido desarrollada por el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Ávila y por el Servicio de Criminalística del cuerpo.