La Guardia Civil inició la investigación a finales de enero, cuando el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) halló en una finca de Candeleda el cadáver de un caballo, así como de otro ejemplar en aparente estado de abandono.
En ese momento se iniciaron las investigaciones que concluyeron con la localización del dueño de los animales, pudiéndose constatar que el cuerpo del animal muerto, que podía llevar 25 días en ese estado, no había sido enterrado, ni recogido por una empresa habilitada, lo que facilitaba la posible "proliferación de epidemias o enfermedades en la zona".
Además, los agentes constataron que los animales no recibían ningún tipo de cuidados, siendo utilizados para la eliminación de la mala hierba y zarzales de la finca, sin que recibieran alimento ni agua suficientes.
Por otra parte, las condiciones de salubridad "no eran las adecuadas" para estos ejemplares que "tampoco disponían de un cobijo donde poder guarecerse en caso de malas condiciones meteorológicas", según el instituto armado, que constató que los caballos no estaban al día en materia de titularidad del chip electrónico obligatorio, vacunaciones, desparasitaciones, ni en su inscripción en el sistema de identificación y registro de équidos de Castilla y León.
Por todo ello, la Guardia Civil ha instruido las correspondientes diligencias que, junto al investigado, fueron puestos a disposición judicial.
Los servicios veterinarios competentes se hicieron cargo tanto de animal vivo, como del cuerpo del fallecido.
Esta actuación ha sido desarrollada por la patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Casavieja.
Jajaja | Jueves, 06 de Febrero de 2020 a las 20:30:08 horas
Unos latigazos al dueño le caían muy bien, seguro que no se le volvía a olvidar de dar agua a los caballos
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