El proyecto ha sido presentado a Confae por parte de un grupo empresarial y una consultora de arquitectura abulense, junto a “promotores e inversores con una larga y contrastada trayectoria en los sectores público y privado”, si bien no han sido desvelados sus nombres.

La propuesta es que el Ayuntamiento convoque un concurso público para su adjudicación de cara a que la empresa concesionaria aporte el total de la inversión a cambio de “una concesión a largo plazo contemplada en la ley, y soportada en el pertinente plan de explotación, de igual modo que el resto de los aparcamientos de la ciudad”.

El Consistorio deberá promover el correspondiente concurso público para su adjudicación, al que podrá concurrir cualquier otra empresa interesada, con “las prescripciones que los servicios técnicos municipales estimen oportunas para el diseño final”.

Según Confae, el grupo empresarial ha desarrollado labores técnicas que suponen “importantes avances cualitativos” en lo que se refiere a trabajos topográficos, validaciones geométricas y estudios geotécnicos, que “simplificarían sustancialmente los largos trámites habituales”.

Una decisión

Así las cosas, “dejan en manos del Ayuntamiento de Ávila la toma de una decisión” por la que apuesta la organización empresarial, porque consideran “favorece la habitabilidad, la accesibilidad y la movilidad ciudadana, sin detrimento alguno para el principal monumento”, y del que destacan cuenta con “ventajas añadidas para la sostenibilidad medioambiental, al incluir infraestructuras de servicio vinculadas al vehículo eléctrico”.

Además, subrayan que el aparcamiento aportará “la mejora de la accesibilidad peatonal hasta el nivel del arco de Mariscal”, y se facilitará “la comunicación del barrio norte y el centro histórico” y “generando un cómodo paseo de ronda que conecta San Vicente con la zona del río Adaja para uso y disfrute de abulenses y visitantes”.

La idea de construir un aparcamiento en la zona del lienzo norte de la muralla data de la época de Miguel Ángel García Nieto en la alcaldía, si bien no llegó a salir adelante, aunque sí que recibió el visto bueno, en diciembre de 2012, por parte del Centro de Patrimonio Mundial, a través del órgano consultivo Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios),

Visto bueno

Según los promotores, entonces se consideró “justificada la construcción del aparcamiento para los residentes locales”, así como que el proyecto es realizable porque “permitirá mejorar la calidad de vida de los abulenses y favorecer la permanencia de la población en esta ciudad Patrimonio Mundial”.

Desde Confae se avala la idea ante la falta de aparcamientos públicos en esa zona, “la ausencia plena de impacto medio ambiental y visual”, además de “otras ventajas por la construcción de plazas de aparcamiento en un espacio neurálgico” de la ciudad. Consideran que “daría solución a demandas de infraestructura de aparcamientos reivindicados durante muchos años por sectores como el comercio y la hostelería, evitando simultáneamente la congestión de espacios de disfrute público de la ciudad como la plaza de Fuente el Sol, la plaza de Concepción Arenal, o la plaza de Mosén Rubí y la propia Ronda Vieja”.

También destacan la necesidad de “crear aparcamientos suficientes para compensar con creces la eliminación de plazas que conlleva la urbanización de un casco histórico gradualmente más peatonal”, ya que se trata de “dar soluciones a las necesidades de los usuarios y a las expectativas que conlleva recibir visitantes y turistas en las mejores condiciones de movilidad, conjugándolo a su vez con las demandas de los sectores económicos que operan en el caso histórico y sus inmediaciones”.