Según UPA, se trata de “un drama que está viviendo” el ganadero. A los siete animales que ha perdido hasta la fecha, el último de ellos esta semana, hay que sumar los daños cuantiosos acumulados que ha tenido que asumir en estos meses por viajes para las gestiones derivadas de los ataques, en veterinarios, alimentación extra por tener que encerrar al ganado y en abortos del resto de su ganado. 

Las pérdidas de animales han sido, en algunos casos, de novillas de recría de más de un año, cuya indemnización no ha llegado ni a la mitad del valor real que tendrían en el mercado.  

“Cuando no soy yo la víctima es otro compañero, pero de continuo los lobos acaban con la ilusión que tenemos, y también con el patrimonio que nos ha costado mucho tener”, ha explicado Juan Manuel Berguio.

Situacion límite

Según la organización agraria, “la situación límite en la que se encuentran los ganaderos es absoluta dado que a día de hoy resulta prácticamente inviable mantener una explotación, con cargas económicas muy elevadas, que deben asumir sin el valor de unos  terneros que son atacados por los lobos cada vez con más frecuencia”.

UPA recuerda que la provincia de Ávila ocupa el primer puesto del ranking de lobadas y animales muertos, tanto en Castilla y León como España, “siendo víctimas la mayor parte de ganaderos de extensivo de la provincia como consecuencia de la expansión absolutamente descontrolada de lobos en nuestro territorio”.

La organización agraria ha llamado de nuevo a la Junta para que “se haga cargo de la situación que sufren los ganaderos abulenses”, ya que “el destrozo que padecen las ganaderías de vacuno y ovino no puede convertirse en algo habitual, sin que se tomen medidas urgentes desde la administración competente”.

“Los dramas y desastres personales tendrían que ser motivo suficiente para que la Junta actuara de inmediato con un serio trabajo de controles poblaciones y de indemnizaciones ajustadas al valor real de las pérdidas que se acumulan cada vez que hay un ataque”, según la organización agraria.