El hecho ocurrió en la madrugada del lunes 21 de octubre, aunque no se ha dado a conocer hasta ahora. Los agentes de la Policía Nacional acudieron a la llamada de una central de alarmas y comprobaron que si bien el exterior del comercio afectado por la alarma se encontraba en perfecto estado, el situado inmediatamente al lado, un local vacío y sin actividad comercial, tenía forzado el bombín de la cerradura de entrada. En su interior se había practicado un butrón o agujero en una pared medianera, desde donde se podía acceder al establecimiento comercial afectado. 

Durante la inspección de ambos locales, los policías encontraron a los dos detenidos, que iban embozados y con guantes, además de portar una bolsa con herramientas. Se les intervino una caja de caudales con 805 euros.

Los agentes comprobaron que en el establecimiento comercial habían realizado un segundo butrón para poder acceder al interior del cuarto donde se encontraba la centralita de la alarma, que habían arrancado y dañado.

Cuando llegaron al lugar de los hechos, los policías detectaron como un vehículo, ocupado solo por el conductor, trataba de alejarse del lugar de forma sospechosa. Se dio a la fuga a gran velocidad cuando se dirigieron hacia él para proceder a su identificación. Consiguió escapar tras perseguirlo por varias calles.

Los detenidos fueron puestos a disposición judicial tras tramitar el correspondiente atestado policial.