Hasta entonces, se realizarán inspecciones sobre los vehículos -autorizaciones y documentos, condiciones técnicas y elementos de seguridad, etc- y sobre los conductores -permiso de conducción y alcohol-.
Según explica el Ayuntamiento, “la conducción de una furgoneta no es igual que la de un turismo, ya que el comportamiento dinámico es diferente, sobre todo si va cargada, y la sujeción de la carga es vital, pues cualquier desplazamiento de la misma incide sobre la estabilidad del vehículo por desplazamiento del centro de gravedad”.
Entre este tipo de vehículos, es más alta la incidencia de salidas de la vía y vuelcos que puede explicarse por la excesiva o mala colocación de la carga. El riesgo de conducción de furgonetas es mayor que en turismos, debido a la carga que transportan y a un menor equipamiento de seguridad activa y pasiva.
Además, la sensación de seguridad por el mayor tamaño del vehículo, la menor velocidad y la elevación de la cabina hacen que el número de distracciones sea mayor y el uso del cinturón de seguridad menor.
En 2018, las furgonetas estuvieron implicadas en 10.844 accidentes con víctimas. De ellos, un 57% se produjo en vías urbanas, en las que, además, hubo un aumento en el número de fallecidos y una disminución en el número de heridos hospitalizados respecto al año anterior.
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