La Guardia Civil les acusa ser ser autoras de un presunto delito de maltrato animal. Tras conocer la situación, se comprobó que los canes se encontraban infectados por pulgas, con lesiones de consideración y habiendo además una proliferación de camadas sin control. Esta situación provocaba fuertes olores que generaban molestias a los vecinos.

Los animales no poseían microchip ni cartilla sanitaria, por lo que no se encontraban identificados ni vacunados ni desparasitados. Los agentes formularon seis denuncias a la Ley de Animales de Compañía y se investiga penalmente a los propietarios de los canes.

La actuación ha corrido a cargo de efectivos del Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil de Casavieja.