Se trata de un ciudadano de nacionalidad pakistaní que llevaba un teléfono móvil oculto bajo la ropa con el objetivo de la cámara dispuesto en un orificio de la prenda de vestir, y otro segundo aparato oculto, por el que recibía las respuestas del examen.

A raíz de ser sorprendido con los aparatos fue expulsado del examen y se comunicó el hecho a la Subdelegación del Gobierno, por lo que no podrá presentarse al examen hasta dentro de seis meses.

Esto ocurrió el 24 de abril, el mismo día en que tras el examen fue interceptado un experto suplantador de la prueba teórica, que había efectuado el examen en nombre de otra persona, ambas de nacionalidad pakistaní. Tanto el suplantador como el suplantado, que se encontraba en Valencia, fueron arrestados.