La Operación Hydra 1 partió en noviembre, cuando se conocieron los robos de diferentes piezas pertenecientes a máquinas excavadoras en varios municipios de la comarca de La Moraña como son bombas hidráulicas, intercooler, motores de giro, centralitas, monitores de control de las máquinas, baterías o cuadros de mando.

Entonces se descubrió que el hecho delictivo se podría haber producido en terrenos o campos abiertos, o incluso en canteras o empresas de extracción de áridos donde las máquinas se encontraban estacionadas aprovechando la ausencia de los propietarios u otro dispositivo de control. 

La finalidad del robo de este tipo de piezas era proceder a su venta en el mercado marroquí, sacando con ello un importante beneficio económico, ya que en España este tipo de maquinaria está obsoleta y en Marruecos en pleno auge.

La operación, del Equipo Roca de la Guardia Civil, finalizó con las dos detenciones de los presuntos autores.