Han acudido encajeras llegadas desde Madrid, Burgos, Toledo, Cartagena (Murcia) y Ávila, en un encuentro que cumplirá 20 ediciones el año que viene, de la mano de Paquita Muñoz, que se encuentra al mando de la organización.

“Vivir el encaje es lo que me hace” organizar el encuentro, ha dicho Paquita Muñoz, que también se celebraba hasta 2015 en la capital abulense, pero que en 2016 se frustró por problemas con el Ayuntamiento. “Entonces me llevé un auténtico disgusto, me costó una enfermedad, nos pedían algo que no era justo, yo he sido siempre la que he ido a ofrecerme”, ha lamentado en una plaza presidida por la escultura que el pueblo dedicó a las encajeras.

“Mientras que pueda, los bolillos en Navalmoral”, asegura, al frente de un grupo de siete amigas aficionadas al encaje de bolillos que organizan el encuentro, celebrado bajo sombra de toldos  haciendo esta labor, y junto a puestos que venden todo lo necesario para practicarla.

La promotora de esta jornada de convivencia también ha recordado que ella comenzó en este mundo cuando oyó en una homilía que Santa Teresa hacía encaje de bolillos.