Con este tributo han querido destacar su contribución a un deporte minoritario del que es un apasionado. Su hijo, Javier Rodríguez, cuenta que su padre llegó a Ávila por razones laborales en 1998 tras residir en Miranda de Ebro (Burgos), donde fundó el Club Dolmen de tenis de Mesa.

“Al querer jugar acudía al salón parroquial de ICM, y al ver que la gente le gustaba y había cuatro o cinco locales, le surgió la idea de crear un club cuya esencia era la amistad, no la competición, lo que se ha demostrado en el homenaje, ya que han sido ellos, sus compañeros los que decidieron tener este detalle”.

Dice su hijo que “visto desde fuera se puede pensar, el ping pong… ¿eso es un deporte? Pues sí, es un deporte, y como deporte, me gustaría reseñar algunos logros que se consiguieron desde 1998 hasta 2016 que fue cuando ocurrió el ictus y frenó todo”.

Por eso considera que “la gran contribución de este hombre para este deporte fue transformarlo en Ávila del ping pong, como algo informal que se jugaba en algunas salas de la ciudad, al tenis de mesa, como deporte, como unión y como referente en Castilla y León”.

Javier Rodríguez recuerda como se llegó a lograr que Ávila tuviera Escuela Municipal de Tenis de Mesa, donde decenas de chavales todos los años iban a entrenar todas las semanas, e incluso alguno de ellos ha destacado en a nivel regional llevándose becas para estudiar, y otros han cobrado, “sí, les han pagado por jugar en clubes de la región como Valladolid y Segovia”.

Competiciones

También señala como otro hecho la creación de la Federación de Ávila de Tenis de Mesa, gracias a la que en 2010 se llegó a celebrar en el CUM Carlos Sastre la Copa de la Reina de Tenis de Mesa para discapacitados físicos y el Campeonato de España Universitario con cientos de participantes.

Como club “se participó todos los años con uno o dos equipos disputando la competición regional, ascendiendo en más de una ocasión a División de Honor, además de celebrar todos los años el Torneo de la Santa y el de Reyes, donde venían equipos de toda España, ya que guardaba amistad con clubes de Salamanca, Burgos, Valladolid, Segovia, Madrid, Toledo, Zamora, León…, creciendo todos los años en número de participantes, hasta más de 200”.

Su hijo, que confiesa que el tenis de mesa no es su deporte favorito, destacó en el homenaje que esta disciplina le ha servido para resaltar los valores de la amistad y la superación, porque “cada punto es una partida diferente” y “mientras haya una bola por jugar no puedes bajar los brazos. En este deporte “no importa que seas bajo, alto, bajo, gordo, delgado, tu condición física no hace que destaques más o mejor, integra hombres y mujeres, puedes jugar con cualquiera y pasar un rato agradable, de todos es sabido que Cristiano Ronaldo es un amante del tenis de mesa”.

Y agradeció el homenaje: “porque Miguel Ángel, que es mi padre, ahora pierde 10-0, estoy convencido por su carácter que va ganar 10-12, y hoy le habéis ayudado a ese primer punto que es el más difícil de conseguir cuando la partida es complicada y el rival parece más fuerte que tú, porque por primera vez en mucho tiempo volvió a sonreír”.