“Ni me han jubilado o prejubilado, mi salida de la fundación no se ha producido por voluntad propia”, saliendo así al paso de las “falsas declaraciones” del presidente de la Comisión Gestora de la Fundación Caja de Ávila, Pablo Luis Gómez, cuando había dicho que Gonzalo Jiménez se había acogido a una prejubilación con condiciones diferentes a las del resto de despedidos de la fundación.

Jiménez ha querido dejar claro -en una comparecencia ante los periodistas- que comparte las mismas condiciones económicas que el resto de afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE), de 33 días por año trabajado.

Ha explicado que fue despedido verbalmente el 21 de diciembre por parte de Gómez, lo que le fue ratificado el día de Nochebuena, cuando le anunció que le incluiría en el ERE. Y que el 27 de diciembre le pide por burofax la ratificación del despido, cuya contestación le llega el 2 de enero, en el mismo sentido de incluirle en el ERE, como quedó reflejado el 15 de enero en el acta final del despido colectivo.

“Desde el primer momento que se desencadena esta situación, el presidente se ocupó de las funciones de dirección, al igual que días después autorizó la ocupación de mi despacho por otra persona”, ha añadido.

Jiménez, que llevaba 14 años al frente de la Obra Social de Caja de Ávila y en los últimos meses de la fundación, y que sigue trabajando como profesor del Colegio Diocesano, ha manifestado su malestar por el trato recibido por la Comisión Gestora cuando él “no ha hecho el menor ruido ante esta situación”. Su intención era la de seguir un tiempo al frente de la fundación para “dejar las cosas más asentadas”.

Ha lamentado que no se le haya “valorado lo que se ha hecho” y ha querido subrayar la labor que la obra social ha hecho a lo largo de la historia de Caja de Ávila. De cara al futuro cree que si en la fundación “se hacen bien las cosas puede tener un recorrido”, aunque ha destacado que debe promover la generación de recursos propios.

Por otra parte, Jiménez, secretario de la Fundación Las Edades del Hombre, ha criticado la “aplastante presencia de la clase política” en la gestora de la Fundación Caja de Ávila, con el secretario provincial del PP, Pablo Luis Gómez, como presidente, y cree que lo mejor hubiera sido entregarla a las entidades fundadoras de la caja.

Al reconocer que hasta ahora también había presencia política en la entidad, ha indicado que “la sociedad reclama otras formas” porque ahora “la sensibilidad no es la misma”.