En el cartel distribuido por los establecimientos y portales de la zona aseguran que éste cartero era el ejemplo del repartidor del correo de siempre: “Quizá los más talluditos se acuerden de lo que es un cartero en toda su extensión… cercano… amable… conocedor de tu vida y milagros… puntual… y sobre todo discreto”.

“Pues lo teníamos… Raúl”, afirman, y explican que “un hecho puntual más cercano a lo incomprensible que a lo real, que se solucionó incomprensiblemente en su contra, permite el traslado a otra zona y que un poco más tarde lo sancione su empresa”, lo que califican como un hecho “inaudito”.

“Vamos a conseguir que vuelva nuestro cartero Raúl”, instan en el cartel, en el que llaman a firmar para que el empleado de Correos “vuelva al barrio” a la vez que para “transmitirle” el “cariño” de los usuarios postales a los que antes repartía su correspondencia.