Se trata de Francisco Gómez, que según la Alianza UPA-COAG, no ha podido encontrar los restos de sus animales, ya que "en muchos casos no ha quedado rastro alguno", debido a "la voracidad de los cánidos" inicialmente y a la "acción de los buitres" en segundo término.

La organización agraria lamenta que sea una circunstancia "doblemente gravosa" para el ganadero afectado, que se ve "impotente" por la perdida de unas reses "de altísima calidad genética" y por serle "negada indemnización alguna", ya que los agentes medioambientales no certifican muchos de los ataques de lobos, al no quedar prueba física.

UPA-COAG ha denunciado la "desesperación" de este ganadero que calcula que ha perdido en este tiempo "entre el 35 y el 40 por ciento de los animales de su explotación", lo que le coloca en una "situación límite", porque actualmente le resulta "prácticamente inviable mantener su explotación".      

La organización agraria ha recordado que Ávila ocupa el primer puesto de lobadas y animales muertos en España, ya que "la mayor parte" de los ganaderos de extensivo están siendo víctimas de esta situación debido a "la expansión incontrolada de lobos que sufre este territorio".

Por otra ello, la Alianza ha realizado un llamamiento "desesperado" a la Junta de Castilla y León para que "se haga cargo de la situación que sufren los ganaderos abulenses".

"Los dramas y desastres personales que sufren muchos profesionales titulares de explotaciones familiares ganaderas de la provincia no deberían caer en saco roto y tendrían que ser motivo suficiente para que la Junta actuara de inmediato con un trabajo serio de controles poblaciones e indemnizaciones directas en todos los casos y ajustadas al valor real de las pérdidas", ha concluido.