Con un pútrido olor en la zona, carpas y carpines se aprecian muertos, unos en tierra y otros en el agua, junto a ambos lados del muro y por los tramos de ambas orillas hasta las proximidades de la estación depuradora de Ávila.

Esta situación ha podido ser observada desde el fin de semana por pescadores y paseantes de la zona, que han comentado que el viento de componente norte los ha dispersado este miércoles.

Al anochecer del miércoles se encontraban sin recoger aún las decenas de cadáveres, con lo que en la mañana del jueves se cumplirán cuatro días desde que el domingo empezaron a verse morir.

Según la Confederación Hidrográfica del Duero, la mortandad se produjo por el exceso de oxígeno debido a las altas temperaturas, situación que los asiduos a la zona no comparten, que lo achacan a la mala calidad del agua del embalse de Fuentes Claras como del embalse de Cogotas.