Aunque sin llegar a aquellas convocatorias que llegaron a contar hasta con 5.500 alumnos, el curso 2018-2019 vuelve a llenar las aulas de este centro policial y también las calles de una ciudad cuya economía se verá revitalizada por el consumo de los alumnos y sus familias y amigos.

En los momentos iniciales de la crisis, cuando el Gobierno decidió rebajar la oferta de empleo público con convocatorias que no llegaban a los 300 alumnos, el Ayuntamiento de la capital calculó el impacto económico en algo más de 30 millones de euros anuales.

Revulsivo económico

Ahora, esos ingresos económicos que se fueron, empiezan a retornar, no sólo para el comercio, sino también para el mercado del alquiler, ya que las instalaciones cuentan con una capacidad para 3.200 personas y en la actualidad cuentan con más de 4.000.

Esta cifra se debe a los 3.207 alumnos de la Escala Básica, a los que se suman los 504 de la Ejecutiva, el centenar de policías locales de la Comunidad que se forman en la Escuela Nacional de Policía y los asistentes a los diferentes seminarios nacionales e internacionales que se celebran en estas instalaciones.

Unas instalaciones que, si se cumple lo previsto, se verán ampliadas en los próximos dos o tres años con dos nuevos pabellones con capacidad para 400 personas más. Mientras tanto, se seguirá funcionando de esta manera, con algunos de los alumnos alojados en la ciudad de forma voluntaria, pese a que “lo ideal es que sean internos”, ha reconocido el director de la Escuela, José Luis Tejedor, quien reconoce que “las circunstancias mandan”.

El incremento de alumnos, también ha hecho que la plantilla de profesores se sitúe en 157, lo que supone 14 más que el curso pasado.

Sin aulas potátiles

A diferencia de otros años, en esta ocasión no se han instalado en el exterior aulas portátiles, ya que a juicio del director de la Escuela Nacional de Policía "no solucionaban nada" y se habrían necesitado "25 para todos al mismo tiempo", algo que a su juicio "no era ni práctico, ni conveniente".

Y todo ello, para formar a los 3.207 futuros policías que se han incorporado hoy en una jornada caracterizada por las carreras, los nervios y el ruido de las maletas.

Unas maletas que se encontraban apostadas, sin sus dueños, en la explanada situada frente al edificio principal, ya que sus propietarios habían tenido que acceder al interior para cumplimentar los papeles de acceso.

Antes, una agente les recordaba con vehemencia que, además de “correr” y darse “prisa”, debían portar "papel, bolígrafo, DNI y la carta de presentación". Después, una vez recuperadas las maletas, han sido conducidos hasta su alojamiento. Por la tarde recibirán las correspondientes explicaciones sobre las normas y el funcionamiento y la dinámica del curso.

Esta nueva promoción, además de ser la más numerosa desde el inicio de la crisis, también es "la que más gente va a tener haciendo el curso al mismo tiempo", según el director del centro, ya que las promociones de 5.500 alumnos se dividían en dos.

En esta ocasión, las clases se impartirán en turnos de mañana y tarde, si bien la mayoría se congregarán en la jornada matinal, ya que "no caben todos a la vez en las aulas".

Pruebas físicas

Después de la llegada de estos 3.207 alumnos, el centro se preparará para las pruebas físicas de los apirantes a lograr alguna de las 2.900 plazas de la próxima promoción. Se han presentado más de 50.000 y se espera que más de 30.000 realicen las pruebas en Ávila, ya que se trata de la única sede en la península.