Pasado este tiempo sin que nada haya cambiado hasta el momento, el concejal Javier Cerrajero ha vuelto a poner de manifiesto los problemas de comunicación y servicios que sufren los vecinos de esta urbanización situada al norte de la capital, quienes aún tienen problemas con el abandono de aceras y zonas verdes y la “clamorosa ausencia de las zonas de servicios de interés público y social previstas inicialmente”.

Desde el vecindario señalan que el único parque público apenas dispone de bancos y columpios para los niños, y la limpieza de los alcorques brilla por su ausencia. Además, la iluminación nocturna del parque es prácticamente nula, por lo que “en verano las familias se apostan en las calles de la urbanización para que los niños jueguen, con el peligro para la seguridad vial que esto supone sumado a las molestias que impiden a los vecinos ejercer su derecho al descanso y que igualmente tienen que madrugar para trabajar”.

UPyD ha recordado que en junio de 2017 pidió al Consistorio que tuviera en cuenta la petición de los vecinos de la zona para la apertura de nuevos viales de acceso, como el previsto desde la Carretera de Madrid, y que “sigue sin ejecutarse, porque nada se ha hecho”.

En la actualidad el único acceso asfaltado y no cortado es a través de la calle Río Cea, vía de pronunciada pendiente que origina numerosos problemas en invierno y cuya disposición dificulta en gran medida el desplazamiento de los vecinos hacia el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles y las zonas comerciales adyacentes, a pesar de que muchas de estas viviendas están a menos de un kilómetro del centro hospitalario.

De igual manera, Cerrajero lamenta el olvido en relación a los 12.000 metros cuadrados de superficie para dotación escolar y los 3.378 metros cuadrados previstos para albergar una zona deportiva pública, contemplados inicialmente en el desarrollo del plan y de los que “hasta el momento nada se sabe”.