La aparatosa cogida dejó al torero con un colgajo de piel y de pelo desprendido de la parte derecha de la cabeza, en una cogida que recordó la que sufrió en Zaragoza, cuando sufrió una gravísima cornada en la cara que le provocó la pérdida del ojo izquierdo.

Todo sucedió en el cuarto de la tarde del sábado, cuando el torero se cayó tras colocar un par de banderillas y sufrió un golpe por el toro. A pesar de lo llamativa de la herida provocada por un toro de Garcigrande, la herida no fue considerada grave. Recibió numerosos puntos de sutura en la enfermería de la plaza de toros de Arévalo, donde le cosieron el desgarro en la piel y en el pelo con anestesia local.

Después fue trasladado al Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, donde ha sido sometido a un TAC y a un escáner para descartar daños mayores en la cabeza. Tras las pruebas se ha descartado que haya sufrido daños en la cabeza, donde tiene más de 40 grapas. En la mañana del domingo ha sido trasladado de Ávila a Sevilla después de pasar la noche con un drenaje en la herida y fuertes dolores del golpe que sufrió.

Padilla ha publicado en Twitter: "no veo motivo para no estar en Pamplona", donde tiene previsto torear el viernes.