Van dirigidas a dos colectivos específicos de desempleados: los de larga duración con cargas familiares y que tengan agotado el cobro de subsidios u otras prestaciones del paro, y los jóvenes  con poca formación y sin trabajo.

Para ambos grupos se ha previsto una ayuda mensual de 530 euros durante medio año.  Los desempleados de larga duración  y sin otra cobertura social han de acreditar la existencia de responsabilidades familiares y la carencia de rentas, así como no haber cumplido los 65 años, ya que a partir de esa edad se puede acceder a la pensión contributiva  o a la no contributiva. Asimismo, otro requisito es no haber causado baja voluntaria en el trabajo posterior a la última prestación.

En cuanto a los jóvenes menores de 30 años, deben estar previamente inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil. En la fecha de solicitud de la ayuda, cuyo objetivo es insertarlos laboralmente, han de haber iniciado un contrato para la formación y el aprendizaje con una empresa, y ésta vincular dicho contrato con la ayuda que ofrece el Gobierno. La finalidad es que el empresario no sólo les proporcione trabajo sino también aprendizaje, por lo cual cobrarán una nómina y la ayuda de los 530 euros al mismo tiempo.

De esta ayuda están excluidos los que posean el título de bachiller o superior, de técnico de grado medio o equivalentes; o certificado de profesionalidad de nivel 2 ó 3.

Cualquier solicitud será supervisada previamente por el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE).