Según la asociación AEMS Ríos con Vida, ocurrió el martes por la mañana lo que califican de “grave desastre medioambiental” y que aseguran “hace tiempo se veía venir”.

La conducción enterrada de la minicentral hidroeléctrica de la garganta de Piedralaves ha reventado unos 300 metros aguas arriba de la Charca de la Nieta, lo que ha provocado “una avenida de barro aguas abajo que ha aterrorizado a los bañistas”, a la vez que ha cubierto de lodo el cauce de la garganta hasta su desembocadura en el río Tiétar.

Aseguran que lo que ha sido un “lamentable accidente” en realidad es “poco accidental”, y “demuestra la incompatibilidad ambiental del aprovechamiento”.

El objetivo del grupo ecologista es que la minicentral deje de funcionar porque consideran supone un perjuicio para el entorno. El secretario general de AEMS-Ríos con Vida, César Rodríguez, ha presentado una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de La Adrada por un presunto delito ecológico.

En la denuncia pide una investigación de lo ocurrido y la valoración de los daños, así como los posibles riesgos que el hecho haya podido suponer para las personas.