La investigación partió cuando el hombre denunció que un desconocido le había abordado por la espalda en el garaje de su domicilio, le había intimidado y, bajo amenazas, había logrado apoderarse de los 200 euros en metálico que en ese momento llevaba encima.

Las gestiones tendentes a la identificación del autor y diversas incoherencias en la declaración de la víctima concluyeron que el hecho denunciado era mentira.

Ante las evidencias que le fueron mostradas por los agentes, el denunciante reconoció la falsedad del hecho denunciado, y confesó que se había gastado el dinero y solo buscaba una forma de justificarlo ante su familia.

Tras este caso, la Policía Nacional ha recordado las consecuencias de interponer una denuncia falsa o simular un delito, ya que investigan todas las denuncias que reciben. Advierten de las consecuencias y responsabilidades penales en las que se incurre con  falsas denuncias con las que algunos ciudadanos, en ocasiones mal asesorados por terceras personas, pretenden obtener una indemnización del seguro, justificar acciones, encubrir negligencias o descuidos.

Según destaca la Policía, una denuncia falsa puede suponer una pena de multa de seis a doce meses, prisión de hasta tres años, y sanciones de hasta 6.000 euros.