Se trata de “una forma de trabajo que tiene como objetivo que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo aumenten su participación en las actividades cotidianas”, y que implica “escuchar y apoyar a una persona para conocer cómo quiere vivir su vida en la actualidad y en el futuro y facilitar los apoyos necesarios para aumentar su participación, elección y control sobre sus propias vidas”, según se ha explicado.

El aumento del nivel de participación de las personas, a su vez, “produce una reducción de la frecuencia e intensidad de las conductas desafiante lo que redunda, de forma positiva, en la calidad de la vida de las personas con discapacidad intelectual y quienes les rodean: familiares, profesionales, voluntariado o comunidad en general”.

Así, se ha destacado que se trata de “un cambio en el modelo de atención, centrado en la persona, en el apoyo conductual positivo y la comunicación con personas de una manera que promueva su participación”.

En el encuentro se ha hablado de los proyectos y de que bajo el lema ‘Cada familia importa’, las entidades del movimiento asociativo de Plena Inclusión inciden este año en el importante papel de las familias de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo tanto en sus propias asociaciones como en la sociedad.

"Las familias han sido el motor que ha alimentado la actividad y ha guiado la misión de Pronisa desde sus inicios en los años 60, con ellos empezó la andadura de nuestra asociación", ha recordado el presidente, Manuel Maíz.

Por eso ha subrayado la importancia de celebrar este encuentro anual con las familias de los usuarios para compartir e intercambiar opiniones, a la vez que se ha referido a los proyectos de expansión de la organización hacia el resto de la provincia.