Las cuentas son “un estancamiento para Ávila y los abulenses”, y se pregunta por “¿cuánto tiempo más aguantará el ciudadano este engaño? “. Ávila está “estancada en cifras similares a las de hace tres años, dejando en evidencia a los principales representantes en el Congreso del PP y PSOE, consecuencia de regalar el voto a quien únicamente se debe a su silla y siglas”. “Estamos empantanados entre susto o muerte”, asegura.

Cerrajero ha recordado que en 2015 se destinaron a Ávila apenas el 3% de las inversiones de Castilla y León, con un presupuesto de 44,7 millones de euros para 2016, que fue 11% más respecto a lo consignado, que no ejecutado.

Por un lado lamenta que las inversiones en infraestructuras ferroviarias se centran en el mantenimiento de la red convencional, que “acabará por transportar únicamente mercancías”, ya que este año “lo que en realidad se promete es no ejecutar absolutamente nada”.

El concejal de UPyD lamenta que lo que debiera ser un reparto solidario tratando de cohesionar y atenuar los desequilibrios económicos, se convierta en “un canto al sol”, ya que al partido en el Gobierno, mayoritariamente apoyado por los abulenses, “parece no preocuparle las múltiples deficiencias que padecemos”.

Dice que los Presupuestos Generales del Estado reflejan en sus cuentas que “los cuentos crecen un 12% para Ávila, abandonándola nada para regresar al NO-DO".

Señala que además del mantenimiento de la línea convencional del ferrocarril y alguna actuación puntual, cómo la conservación de carreteras y seguridad vial, sólo figura la adecuación del Parador de Gredos, partidas para el “centenario proyecto” del Palacio de los Águila y Museo del Prado, y como “gran novedad” remodelar la plaza Adolfo Suárez y el adarve de la Muralla.

“Queda mucho por hacer”, ya que “se seguirá con la colosal obra del puente de la Gaznata, “en la línea de los proyectos prometidos y no cumplidos, las autovías entre Ávila y la A-6 y la de Ávila-Maqueda”.

Además, las inversiones del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente se desploman un 45% en relación al ejercicio anterior: “ya no hay ni para zanahorias”, critica en alusión al ministro Cristóbal Montoro cuando decía que la hortaliza se usaba como señuelo aunque luego no hubiera dotaciones presupuestarias.