El desfile procesional narra, como el tono didáctico que impuso una época, la historia de la Pasión a través de nueve pasos.

Con el morado como emblema, combinado con la capa granate, la procesión del Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, veterano entre todas las entidades, salió de la Catedral para dirigirse al Mercado Chico, a través de unas calles repletas de público, como el Tostado, Lope Núñez y Esteban Domingo. Y luego por Vallespín llegar a las plazas de La Santa y Pedro Dávila.

La austeridad de la desnuda Santa Vera Cruz abre una procesión con imágenes, la mayoría de comienzos del siglo XX, como son la última cena, la oración en el huerto, el prendimiento, Cristo amarrado a la columna, la caída santa faz, la tercera palabra y, por fin, el Cristo de los Ajusticiados, del siglo XVI.

Tras unos días tregua en el frío, éste ha regresado, y al final de la procesión, poco después de las 23 horas, el termómetro marcaba los 4 grados.