Así la han calificado sus codirectores, Maisa Marbán y Héctor Urién, han calificado de "excelente" tras llegar al final el festival que comenzó el martes.

"Estamos felices", ha afirmado Urién, "porque ha habido espacios desbordados de gente y hemos tenido que doblar las sesiones de bebés" tras la gran afluencia de la primera sesión.

Tras siete años, Marbán ha dicho encontrarse con un "público sabio en la escucha de cuentos”. “Tenemos espectadores que saben a lo que vienen, que disfrutan tremendamente con los cuentos y que esperan de un año a otro esta cita anual”, ha apuntado.

Las sesiones familiares son las que han atraído a más público, superando los mil espectadores, mientras que los cuentos para bebés y adultos han recibido en torno a otras mil personas en total.

Un éxito que obedece a la "profesionalidad de los narradores de ediciones anteriores, a que el festival va teniendo una repercusión a nivel nacional". Este año han acudido espectadores desde País Vasco.  

En esta séptima edición el festival ha repetido la experiencia de llevar los cuentos a las localidades salmantinas de Villamayor y por vez primera de Ciudad Rodrigo en residencias de mayores.