En un caso han matado dos terneros -uno de apenas unos días de vida y el otro de más de dos meses, y una novilla que fue mordida en el ataque muriendo dos días después, respectivamente.

Según Asaja, los agentes medioambientales de la Junta han certificado que en dos de los casos fueron ataques de lobos, mientras que en el tercero, al tratarse de un animal de tan sólo unos días los restos no han permitido determinarlo, si bien creen que así lo es.

La organización agraria ha insistido a la Junta que lleve a cabo nuevos controles poblacionales ante incremento de ataques al ganado, y ha solicitado que se actualicen los baremos de las indemnizaciones por los daños ocasionados por lobos, a la espera de “una solución definitiva de la mano de las autoridades europeas”.