La procesión ha partido desde el convento de La Santa poco después de la una y media de la tarde, entre aplausos y el repique de campanas, con el alcalde, José Luis Rivas, y otros concejales del equipo de Gobierno en la comitiva.

Poco antes de la llegar al convento de la Encarnación se ha encontrado con la Virgen de la Clemencia, que de forma extraordinaria también ha salido de la clausura de las monjas carmelitas, momento en el que ha habido tiempo para la música de Amicus Meus y unas palabras de homenaje.

Tras un “Viva Nuestra Señora de la Clemencia” y “Viva Santa Teresa”, ambas imágenes se han dirigido a la Encarnación, donde al entrar han sido ovacionadas. La visita sirve para conmemorar la llegada de Teresa de Cepeda y Ahumada al monasterio como hermana carmelita el 2 de noviembre de 1536.

El encuentro de ambas imágenes ocurre escasas veces, si bien en esta ocasión ha sido demasiado cercana, ya que en 2014 también se celebró así esta conmemoración con motivo del V Centenario de Santa Teresa.

Según Nicolás González, que fue capellán de La Encarnación, la fiesta de toma de hábito data de los años posteriores a su canonización, entre 1622 y 1630: “Introdujeron la fiesta de su santo hábito, que fue el día 2 de noviembre, y por la conmemoración de los difuntos se celebra el 3. Fue una manera de presencializar en la casa los momentos culminantes de la vida de la Madre Teresa”.

Para este acto, las monjas llevan a cabo la misma ceremonia que cuando entró Teresa de Ahumada en 1536 y reproducen la misa y el sermón.

Tras una oración a la llegada de las imágenes, el prior de La Santa, David Jiménez, ha dicho: “les dejamos a Santa Teresa, cuídenla, seguro que lo harán”. El próximo viernes (18 horas) tendrá lugar una misa para celebrar la toma de hábito, tras la que la imagen regresará al convento y casa natal.