Según la Guardia Civil, cuyos agentes hallaron a la pequeña Enma, el perro de raza podenco se no se separó de la niña en ningún momento y fue el ruido del animal el que les alertó para encontrar a la niña, que estaba dormida.

Si bien la pequeña fue vista por última vez a las 17 horas del lunes, cuando regresaba de dar un paseo con su padre y un perro, el operativo se inició a las 19,20 horas. La Guardia Civil activó el dispositivo de búsqueda al momento, compuesto por agentes, entre ellos los del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim), con base en El Barco de Ávila, además de miembros de Protección Civil y numerosos voluntarios de los pueblos de la zona. También se solicitó el apoyo de la Unidad de Helicópteros y de la Unidad Cinológica Especialista en búsqueda de personas desaparecidas, que estaba previsto comenzasen a trabajar al amanecer.

Las huellas de la menor en uno de los caminos del monte, a varios kilómetros del lugar de la desaparición, fueron la referencia para la búsqueda.

Sobre las 2 de la madrugada, el sargento jefe del GREIM y miembros del Seprona escucharon el gruñido de la mascota de la niña que la acompañaba. Al seguir el sonido, observaron que junto a unas zarzas se encontraba la pequeña, acurrucada y dormida, arropada por el can.

El estado físico y psíquico de la niña era bueno y sólo tenía unos arañazos en su cuerpo. Tras ser reconocida por los servicios sanitarios, se encontró emotivamente con sus padres, que habían participado en la búsqueda.

El Grupo de Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil está realizando labores de investigación para aclarar los hechos.