De todos los tamaños, de todos los colores, de todos los materiales… hasta 420 belenes, cada año más, conforman la colección que el Centro Internacional de Estudios Místicos muestra cada Navidad. Son 2.200 piezas de todo el mundo salvo Oceanía.

El espacio expositivo se han visto obligados a ampliarlo a uno de los patios para presentar una colección que surgió de “los regalos de agradecimiento de gente de los cinco continentes que visita la Universidad de la Mística y de los adquiridos por nosotros cuando vamos de viaje”, explica Rómulo Cuartas, subdirector del centro. Siguen así “una tradición que siempre ha habido en los carmelitas, desde Santa Teresa”, añade.

Ordenados por continentes, los belenes acumulados durante una década se exhiben desde hace tres años en una exposición donde se observan las características de cada pueblo, “como las figuras estilizadas de Kenia o las pequeñas y desnutridas de Malí, plasmando así la historia personal o de su país”.

“Belenes de China, Japón -con figuras con quimonos-, India o Corea, donde creemos a  primera vista que no hay,  también están representados en torno a un templo oriental”, mientras que los africanos se encuentran ambientados también en torno a una cabaña.

A los americanos se accede por una pirámide azteca, allí se encuentran desde los  chilenos a los estadounidenses pasando por los de peruanos en forma de retablo, y este año destaca en el espacio dedicado a los belenes étnicos americanos, como los de México, Argentina o Bolivia, junto a uno esquimal de Groenlandia o uno apache de Estados Unidos.

Los europeos también acumulan múltiples procedencias, estilos y materiales, como son numerosos los diminutos recogidos en una pequeña estantería, como el que se encuentra sobre una concha de almeja. Un original belén gitano se une al de barro mallorquín, entre tantos otros, entre los que destaca el de piedra y metal del escultor abulense Emilio Sánchez.

A pesar que el Papa Benedicto XVI explicase que la mula y el buey no formaron parte de la escena del nacimiento, en todos ellos aparecen las tradicionales figuras, salvo en uno llegado desde Perú, donde han sido sustituidos por un leopardo y un tigre y, entre ellos otro animal llamado ronsoco, el roedor más grande de la tierra y que "pone paz entre ellos".

Mundo Belén puede visitarse en la Universidad de la Mística hasta el 20 de enero, de 11 a 13,30 horas y de 17 a 20. Ver galería de imágenes.