“El convento no queda cerrado como podríamos temer”, ha expresado el obispo, Jesús García Burillo, con motivo de una misa que ha servido para la cesión del convento, que se ha hecho tras un proceso canónico aprobado por el Vaticano.

La cesión servirá para que el Instituto Secular Cruzadas de Santa María lo utilice para “servicio pastoral y fundamentalmente a la educación”, según el obispo. La directora de la institución religiosa, Lydia Jiménez, ha indicado que en el convento se instalará “una comunidad de laicas consagradas” con el fin de “educación de las jóvenes”, y ha recordado su presencia en Ávila “desde hace muchos años” con su sede en la calle San Segundo.

Las cinco monjas que quedaban en convento se mudaron hace unos meses al haberse fusionado con la Comunidad de Madres Agustinas de San Ildefonso, de Talavera de la Reina (Toledo), según ha explicado quien ha sido su abadesa, sor Teresa de Jesús Sánchez.

“Al ser tan pocas nos convenía fusionarnos, no podíamos vivir tan pocas” ha dicho la monja en lo que ha sido para su comunidad un acto de despedida, satisfecha porque el convento siga abierto y dedicado a “la formación de la vida espiritual”.

Tradición e historia

García Burillo ha señalado que el convento de Gracia es “querido por muchas razones por los fieles de Ávila, por su tradición e historia”, mientras que la directora de la institución religiosa ha dicho que se hacen cargo del cenobio con el mismo objetivo que han tenido siempre: “dedicarlo a la oración y a la educación de la juventud”.

Las Madres Agustinas del Convento de Nuestra Señora de Gracia han ocupado el Monasterio de Gracia desde 1504, donde muchas familias abulenses llevaron a sus hijas internas para que fueran educadas por las religiosas.

Santa Teresa de Jesús permaneció en el convento año y medio bajo la dirección de la religiosa María de Briceño, a quien ella elogia en el ‘Libro de la vida’.

Del convento, que fue una de las tres sedes de la exposición ‘Las Edades del Hombre’ en 2015, destaca el retablo mayor, obra de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo, en estilo renacentista de mediados del siglo XVI.

La cesión del monasterio se ha escenificado este martes con una misa presidida por el obispo Jesús García Burillo ante las cinco monjas agustinas que han vivido entre sus muros hasta hace escasas fechas.