1. Cómo escaquearte de planes indeseados, estilo Ministerio de Cultura

Cuando alguien te invite a hacer algo que no te apetezca, como pasar tus vacaciones con los 234 miembros de tu familia o salir a pasear al perro, di muy serio: “tu petición está en  trámite, he hecho todo lo que he podido y responderé lo antes posible”.

Es lo que lleva haciendo años el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con el proyecto de conversión del Palacio de los Águila en el Museo del Prado.

Lo mejor de ésta fórmula es que puedes repetirla tantas veces como sea necesario o hasta que tu interlocutor se dé cuenta de que lo estás toreando. En Ávila nos lo llevan haciendo años y les va muy bien.

2. Cómo quedar bien a pesar de ser antisocial, estilo consejero de Sanidad

Tu idea perfecta de verano consiste en tirarte en el sofá con una Coca-Cola fría y el ventilador zumbando. Sin embargo, tus amigos tienen un “planazo de piscina” ineludible.

Aprende del consejero de Sanidad. Busca en San Google datos, investigaciones, comparativas, informes negativos sobre piscinas y luego muéstraselos. Mantente firme aunque te ofrezcan protección solar tipo yeso y una sombrilla como una carpa.

Por Dios, cómo no vas a querer ir a pasar el día entre colegas. ¡Cómo no vas a querer! Pero los informes son desfavorables, así que sintiéndolo mucho, te quedas en casa; igual que sintiéndolo mucho y aunque Amancio Ortega se lo puso en bandeja, la Junta prefiere coleccionar y barnizar aceleradores a implantar lo más pronto posible radioterapia en Ávila.

3. Cómo ser el héroe del verano estando más tieso que la Muralla, estilo Junta de Castilla y León

Si ninguna de las anteriores soluciones funciona y terminas en Benidorm con suegra, más manguitos que niños y tres tubos de protección solar 50, puedes paliar el golpe con un sencillo truco.

Busca el apartamento más ruinoso, el restaurante menos higiénico, el pedazo de playa con más sombrillas y cuando nadie te vea, mete puñados de arena en las pertenencias personales de tus acompañantes. Sí, te comprometiste a llevarles a la playa, pero no dijiste cómo.

A eso lo llamamos marcarse un AVE abulense: te ayudamos a ponerlo. ¿Qué te damos? Sólo 1.000 euros, como en los Presupuestos Generales del Estado. ¿Qué hacemos con 1.000 euros? Extrapolando el ejemplo… imaginad cuántas pertenencias personales de políticos se podrían llenar de arena.

4. Cómo tener a todos contentos con bajo presupuesto, a lo Nissan

Cuando tu familia se ponga cansina porque quiere ir a la playa, bájate a los chinos, compra cubos y palas, un flotador de Dora la Exploradora y una sombrilla (en caso de que no tengas la homologada de Mahou), y plántalo todo en el salón.

Te dirán que no es lo mismo, que en la playa hace un 20% más de calor, que el caché de tener el mar al lado no es comparable al Adaja, que la rebaja en diversión hay que negociarla.

Actúa como De los Mozos y Johnson con la plantilla de Nissan. Pobres ingenuos. En el fondo, les estás haciendo un favor, porque se puede dejar la sombrilla contra el mueble-bar a largo plazo. Te creerán porque siempre has cumplido tus compromisos.

5. Cómo mantenerte positivo, pase lo que pase, estilo Partido Popular

Cabe la posibilidad de que seas un abulense decente, de los que ni se escaquean ni engañan al personal. De ésos sufridores que llevan el coche a las verbenas y no beben; de los que cargan con la nevera azul y las cinco toallas familiares para acampar en la Manga del Mar Menor.

Sin embargo, nadie es perfecto; cuando te pidan siete euros por un tercio y se pase lloviendo los cinco días de sol y relax que pagaste, nos acordaremos todos con añoranza de ese abulense decente. Por eso, aprende de los populares.

Es su estrategia estrella en Ávila: ponerle a cualquier tiempo buena cara. ¿El tercio a precio de Chanel nº5? Como dicen desde la tenencia de alcaldía de cultura, “siste euros es un precio simbólico” para un concierto. ¿Se inundan alcantarillas, sótanos y viviendas? Los embalses están a rebosar de agua, “no hay mal que por bien no venga”.