Los momentos de oración han creado un clima de hermandad entre los miembros de ambas tradiciones religiosas en el primer Encuentro Mundial Mística Teresiana y Diálogo Interreligioso.

Entre los ponentes, el carmelita descalzo Maximiliano Herraiz, ha hablado sobre las virtudes y el camino de la oración en Teresa de Jesús. “En el sistema teresiano, sólo puede haber un verdadero encuentro con Dios si se empieza a cultivar una relación personal con él”, ha explicado. “La oración no es un ejercicio de perfección sino una manera de ser y de vivir, y las virtudes, por su parte, no son otra cosa que los frutos de esta relación”.

El venerable Raluwe Padmasiri, jefe del Departamento de Filosofía Budista en el Instituto de Posgrado de Pāli y Estudios Budistas, de la Universidad de Kelaniya, en Sri Lanka, se ha referido a la centralidad del papel de sīla (virtud) en el camino de liberación en el budismo Theravada.

“Las virtudes manifiestan el camino de transformación optado y practicado por la propia voluntad de la persona”, ha dicho. “El papel de la virtud -ha explicado- es llevar al ser humano a vivir lejos de los extremos; algo muy parecido al conocido aforismo de la filosofía occidental donde la virtud es el justo término medio entre dos actitudes extremas, a las que se denominan vicios”.

“También las virtudes budistas son el punto medio”, donde “el objetivo de este camino es hacer surgir el pensamiento, llevar a la paz, y a la verdadera iluminación. Este es el objetivo de la virtud: colocar el ser humano en el camino del equilibrio”.