En la declaración final, que se ha dado a conocer en la clausura de la asamblea, se contemplan nueve puntos, de los que el último de ellos “reclama a los estados que garanticen un salario social o renta de ciudadanía, que evite el descarte de millones de personas, en los casos de que no se garantice el acceso a un trabajo decente”.

Durante una semana, la abulense Universidad de la Mística ha acogido la asamblea de la MMTC con 120 delegados de 42 países de cuatro continentes (África; Asia; América y Europa).

La declaración dice que los asistentes comparten su "preocupación por el desempleo, la falta de empleo digno y la alta precarización de las relaciones laborales en todo el mundo", lo que genera "dolor, sufrimiento, muerte, insolidaridad, desesperación, guerra, violencia, emigración".

"El dominio del lucro se sustenta bajo un modelo de relaciones laborales basado en el debilitamiento del derecho laboral, de la negociación colectiva, de la protección y los derechos sociales, de la representación y defensa de los trabajadores y trabajadoras", afirman en la declaración.

Todo ello -añaden- deriva en un "empobrecimiento de la vida" y en "la deshumanización y desigualdad del trabajo", lo que "atenta contra la vida de millones de personas y de familias enteras, sin distinción de edad, género, raza o lugar".

Se trata de una "realidad sufriente", fruto de "un sistema basado en la cultura del descarte, que convierte a las personas en mercancías".

La declaración destaca que son rasgos "comunes en todos los países, en el marco de una globalización económica que se desentiende de la solidaridad y del respeto a la casa común".

También propone “analizar la situación regional de los trabajadores y las trabajadoras, para establecer dinámicas de trabajo que denuncien las situaciones de vulnerabilidad de derechos y protejan la dignidad de la persona”, además de “favorecer la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en todos los ámbitos, también en nuestras organizaciones”.

Nueva dirección
La asamblea general del MMTC ha elegido a los dos órganos colegiados de dirección. Por un lado, el Consejo Internacional, compuesto por las dos copresidencias, la secretaria general, el tesorero, el consiliario y seis miembros coordinadores de las zonas continentales con implantación del movimiento: se producen cambios en una de las copresidencias, con Fátima Almeida, de LOC Portugal, que sustituye a Charo Castelló, HOAC España; Philippe Chatelain, de la ACO Francia, sustituye Ernst Bodenmueller de KAB Alemania, en la tesorería; y Bernard Robert a Guy Boudaud, como consiliario. Así mismo, se han producido relevos de personas en las coordinaciones continentales de Asia Este; de América Sur; del Caribe-América Norte y Central; y de Europa.

El MMTC se dota también de un Buró Internacional cuyas funciones son la ejecución de las decisiones, objetivos y tareas decididas en la Asamblea General y en el Consejo Internacional. El Buró es un órgano de representación y gestión compuesto por las dos copresidencias, la secretaría general, la tesorería  y la consiliaría.

Consejo internacional
Mª Fátima Cunha de Almeida, copresidenta. Portugal.
Jean Claude Tolbize, copresidente. Isla Rodrígues
Marilea Damasio, secretaria general. Brasil.
Philippe Chatelain, tesorero. Francia.
Bernard Robert, Consiliario internacional
Sinapan Samydoray, coordinador Asia Este. Singapour.
Sammunege Sudharma, coordinadora Asia Sur. Sri Lanka.
Marcelino Teodoro Vidal, coordinador América Sur. Brasil.
Julian Rigau, coordinador Caribe-América Norte y Central. Cuba
Hotense Dembele, coordinador Afria Oeste y Central. Mali
Armin Huermer, coordinador Europa. Suiza

Buró internacional
Mª Fátima Cunha de Almeida, copresidenta. Portugal.
Jean Claude Tolbize, copresidente. Isla Rodrígues
Marilea Damasio, secretaria general. Brasil.
Philippe Chatelain, tesorero. Francia.
Bernard Robert, Consiliario internacional