Eso sí, "condicionado por el importante dinamismo que experimentó la demanda hotelera en 2015, coincidiendo con la celebración del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús".

Así, en el conjunto de 2016 disminuyó tanto el número de viajeros alojados en establecimientos hoteleros (-7,2% con relación a 2015) como el de pernoctaciones (-9,3%), siendo particularmente acusado el retroceso entre los residentes en el extranjero (-14,5% y -22,3%, respectivamente).

En este contexto, se ha registrado un ajuste de los indicadores de oferta, reduciéndose a un ritmo similar el número de establecimientos (-5,8%), de plazas hoteleras (-5,7%) y el personal ocupado (-5,8%), siendo la única provincia de Castilla y León donde disminuyó el grado de ocupación hotelera en 2016 (-1,2 puntos hasta situarse en el 30,8%).

El turismo rural también acusó un descenso del número de viajeros del 2,4% en el conjunto del año, si bien continúa manteniendo un peso significativo sobre el total de viajeros en alojamientos de turismo rural de la región (16,0%).